viernes, 29 de mayo de 2009

En mi Viejo San Juan...



Mi esposo y yo llevamos 14 años viviendo en el Viejo San Juan y sentimos que pertenecemos a este barrio y que este barrio nos pertenece también.  Somos celosos con nuestro Casco (como le llamamos cariñosamente los sanjuaneros), pero no egoístas, ya que nos fascina ser anfitriones del Viejo San Juan y compartirlo con todos los que nos visitan. Y es que llevamos muy bien asumido que nuestro barrio es de todos los puertorriqueños, y según validado por la UNESCO, hasta de la humanidad entera, porque guarda dentro de sus murallas y sobre sus adoquines numerosos encantos y tesoros históricos de valor incalculable.

Aquí en el Casco, Luis y yo hemos madurado naturalmente colgando de la rama de nuestro balcón en la Calle de la Luna para convertirnos en un poco de muchas cosas: Historiadores aficionados, anticuarios, entusiastas del arte y artistas de la improvisación, coleccionistas de multas, piratas de estacionamientos, caminantes acróbatas, líderes comunitarios, restauradores urbanos, bohemios forzosos, críticos de gastronomía, protectores de la fauna y flora realenga, policías y fiscales del código de orden público, prisioneros durante las Fiestas, guerrilleros de la conservación, cotilleros de balconeo, declamadores de querellas, libertadores de palomas y hasta observadores de pájaros raros.  Pero el rol que más hemos ejercido, y que ya dominamos a la perfección, es el de guías turísticos.  Este último, por la mucha práctica en orientar y contestar a nuestros visitantes preguntas como: “¿Dónde está el Morongo?”, “Where can we eat native food?” o “Where can we drink a pinia colada?”, entre otras consultas y pronunciaciones creativas de nuestra exquisita fruta "nativa". 

Conocer y disfrutar a fondo el Viejo San Juan nos ha tomado tiempo y nos ha costado mucho, y amarlo incondicionalmente, también. El Casco es un centro de vida pequeño pero complejo, saturado de actividades, contrastes sociales y personalidades excéntricas, y sobre todo, muy dinámico. Cuando creíamos que ya lo habíamos hecho todo en el Barrio, llegó nuestra hijita.  Con ella, descubrimos un nuevo mundo en nuestro viejo Viejo San Juan y nos dimos cuenta que existe otro Viejo San Juan para los niños que es completamente diferente y que ofrece nuevas aventuras divertidas. 

Amamos cada rincón, escalinata, callejón y plaza de este casco antiguo y nos hemos dado a la tarea de que nuestra hija lo ame tanto como nosotros.  La experiencia de ser “guías turísticos” de nuestra hija en su propio barrio ha sido la mejor en los 14 años que hemos vivido en el Viejo San Juan.  Siempre que me preguntan que dónde juega mi nena, me asombro que no sepan que nuestro patio es el Morro.

Tal y como se saborea un delicioso límber en la Plazuela de la Rogativa, una piragua en la Calle del Cristo o un helado de coco y piña frente a la Plaza Dársenas, el Casco Viejo se tiene que disfrutar sorbo a sorbo, durante muchas visitas a través de los años y las edades del niño para que verdaderamente lo pueda disfrutar y valorar al máximo.   Pero lo lindo del Viejo San Juan es que los niños pueden comenzar a absorber su magia e historia desde bebés, ya sea en una actividad tan sencilla como un “picnic” de biberón en El Morro o un paseo en cochecito por La Princesa.

Incluyo a continuación un resumen breve de la historia de nuestra Antigua Ciudad Capital que preparé de la manera más simple que pude para que lo lean a sus hijitos.  Además, como sanjuanera y guía turística aficionada, comparto una lista de las 50 experiencias que a mi entender, todo niño debe vivir en nuestro Viejo San Juan.




RESUMEN HISTORICO


El Viejo San Juan es el casco antiguo de la Ciudad Capital de Puerto Rico.  Es una ciudad amurallada que demarca el centro histórico más importante de la Isla y que a su vez es un centro urbano que se ha mantenido en continuo desarrollo desde su establecimiento en el Siglo XVI bajo la Corona Española, que construyó la ciudad en un enclave rodeado por murallas y fortificaciones para proteger la entrada a la Bahía de San Juan.

En 1508, el famoso conquistador español don Juan Ponce de León fundó el establecimiento original en la zona geográfica conocida como Caparra, donde se asentaron los primeros pobladores, al oeste de lo que es hoy el Área Metropolitana de San Juan.  Luego,  para alejarse de las comunidades indígenas que los atacaban por tierra, se identificó un istmo para el desarrollo de la ciudad que también facilitaría la defensa contra ataques de galeones que quisieran entrar por la bahía. En 1521, la ciudad fue construida protegida por dos fortalezas: el Castillo San Felipe del Morro, localizado en la orilla occidental para defender la bahía, y el Castillo San Cristóbal, fuerte de defensa en la zona oriental de la ciudad. Ambos fueron unidos por las murallas que rodean el Casco y que se extienden hasta el Palacio de Santa Catalina, conocido como La Fortaleza.

El nombre de la ciudad de San Juan tiene una historia muy curiosa:  Cuando los españoles llegaron a la Isla (que nuestros aborígenes taínos llamaban Borikén) el 19 de noviembre de 1493, el Almirante Cristóbal Colón la bautizó como San Juan Bautista. Años después, el conquistador Juan Ponce de León, durante la exploración de la costa norte de la Isla, descubrió una amplia bahía a la cual llamó "Puerto Rico". Pasado el tiempo, se intercambiaron los nombres y la Isla pasó a llamarse Puerto Rico; y la bahía, el puerto y la ciudad, pasaron a llamarse San Juan.

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El Viejo San Juan, construido como un bastión de las fuerzas navales españolas, se convirtió en el centro militar y comercial más importante de España en América por cuatro siglos.  Las fortalezas y murallas del Viejo San Juan están entre las mejores preservadas en las Américas y sus casas, iglesias y plazas representan los más finos ejemplos de ingeniería y arquitectura colonial en el Nuevo Mundo.  Se calcula que el Viejo San Juan tiene más de 400 estructuras que se consideran patrimonio histórico por haber sobrevivido desde el Siglo XVI y por representar el período que cubre desde la cultura y arquitectura del estilo popular durante la conquista española hasta el estilo neoclásico del Siglo XIX.

Entre las estructuras más importantes del Viejo San Juan, se encuentran el Palacio de Santa Catalina, mejor conocido como La Fortaleza, el Castillo San Felipe del Morro, el Castillo San Cristóbal, la Catedral de San Juan, la Iglesia de San José, el Convento de los Dominicos, La Casa Blanca y la antigua cárcel La Princesa, entre otros lugares de gran valor histórico como museos, iglesias y capillas, escuelas, residencias de próceres y casas-museos de artistas y personalidades famosas.

El Viejo San Juan tiene aceras, callejones  peatonales y calles pavimentadas en adoquines que son muy estrechas porque fueron construidas para el tránsito de caballos y calesas de la época.  Los pobladores de la ciudad se ocuparon de construir preciosas casas coloniales que se caracterizan por sus paredes gruesas, techos altos en ladrillo sostenidos por vigas de madera, ventanas y puertas de celosías y los hermosos medio puntos, entre otros rasgos arquitectónicos.  Casi todas las casas coloniales tienen acogedores patios interiores que refrescan las estructuras y algunos todavía conservan sus fuentes, cisternas y pozos o aljibes originales. Los exteriores de las casas dotan a la ciudad con el hermoso carácter estético que la caracteriza con sus fachadas pintadas en colores brillantes, hermosos balcones, antepechos, puertas anchas y portales ornamentales que dan la bienvenida con un cálido mensaje grabado en alguna pieza de mayólica, y en ocasiones, hasta las bendiciones en una placa o imagen del santo de devoción.

La UNESCO declaró Patrimonio Histórico Cultural de la Humanidad el Palacio de Santa Catalina o La Fortaleza, que sirve como residencia del Gobernador de Puerto Rico (la más antigua mansión ejecutiva en el Hemisferio Occidental), el Castillo San Felipe del Morro, el Castillo San Cristóbal y las murallas.

Los resultados del Censo del 2000 reflejaron que la población de residentes del Viejo San Juan ascendía a 3,828 personas. Según las cifras del gobierno municipal, la población flotante del Viejo San Juan se estima en 20,000 personas diarias que entran a nuestro Casco ya sea por tierra o por acceso marítimo en cruceros o embarcaciones privadas.



Mi hijita volando su chiringa en el Morro


50 EXPERIENCIAS QUE TODO NIÑO
DEBE VIVIR EN EL VIEJO SAN JUAN


1.    Volar chiringas en el campo del Morro.
 
2.    Visitar el Castillo San Felipe del Morro, jugar a los piratas, visitar los calabozos y buscar un tesoro escondido con un mapa hecho por mamá o papá.  Enlace: www.nps.gov/elmo/planyourvisit/hours
 
3.    Escalar una pirámide de balas de cañón y tomarse una foto sentado en un cañón.
 
4.    Correr patines en la placita frente a la entrada principal del Antiguo Cuartel de Ballajá.
 
5.    Visitar el Museo de las Américas en Ballajá.  Enlace: www.museolasamericas.org
 
6.    Visitar y corretear por los jardines de Casa Blanca, que fue la mansión construida por el primer gobernador de la Isla, Juan Ponce de León, como su residencia.  Enlace:  www.icp.gobierno.pr/myp/museos/m13.htm
 
7.    Mojarse en la fuente de la Plaza del Quinto Centenario.
 
8.    Adivinar cuánto mide y descifrar los “mensajes secretos” del Tótem Telúrico (la obra de 50 pies del escultor puertorriqueño Jaime Suárez que simboliza la afirmación cultural y la responsabilidad del hombre de conocer y recuperar las esencias de su civilización y enaltecerlas).
 
9.    Visitar el Cementerio del Viejo San Juan y leer los nombres de personas famosas y próceres en las tumbas.
 
10. Jugar en el parquecito de columpios del Morro, al lado de las canchas de tenis y la Casa Rosa.
 
11. Pasear por toda la muralla desde el Morro hasta llegar a la Plazuela de la Rogativa y la Puerta de San Juan.
 
12. Comer límbers en la Plazuela de la Rogativa mientras escucha a sus padres contar el relato de la leyenda sobre la procesión con antorchas que organizó un obispo durante el ataque de los ingleses a la ciudad en el 1797 bajo el comando del General Abercromby.  Cuenta la leyenda que las mujeres de la ciudad, encabezadas por el obispo, llevaron a cabo una rogativa por las calles de San Juan.  Los ingleses, al ver la gran cantidad de antorchas en la noche, pensaron que se trataba de refuerzos militares y desistieron del ataque y de desembarcar en la Capital.
 
13. Visitar el Museo del Niño y hacer todo el recorrido guiado y luego descansar en la Plaza de la Catedral.  Enlace: www.museodelninopr.org
 
14. Subir y bajar por las Escalinatas de las Monjas con acceso por la Calle Caleta de las Monjas, al lado del Hotel Convento y el Museo del Niño.
 
15. Visitar el Hotel El Convento y tomarse una refrescante piña colada virgen en el restaurante del patio interior.
 
16. Visitar la Casa-Museo de Doña Felisa Rincón de Gautier en la Calle de la Caleta (única calle con árboles en el Viejo San Juan), residencia de la que fue la alcaldesa más querida y famosa de la Ciudad Capital.  Escuchar el relato de cuando doña Fela trajo nieve a los niños de Puerto Rico. Enlace:  www.museofelisarincon.com
 
17. Salir al Paseo de la Princesa por la Puerta de San Juan y tomarse una foto frente a la célebre Puerta.
 
18. Si se puede, pues a veces no lo permiten, caminar por el muellecito y sobre las rocas de la Playita de la Bahía.
 
19. Hacer carreras en el Paseo de la Princesa.
 
20. Caminar y balancearse sobre el murito de la Fuente de las Cuatro Estaciones, mejor conocida como la Fuente de la Princesa.
 
21. Alimentar las palomas en el Parque de las Palomas con una sombrilla para evadir “accidentes”.
 
22. Retratarse en la Capilla del Santo Cristo de la Salud (Capilla del Cristo), asomarse por las rejas, y si todavía está, mecerse en la cadena gorda que está al frente sujeta entre dos bolardos coloniales.
 
23. Visitar La Casa del Libro en el 255 de la Calle del Cristo y visitar su Taller de Imprenta.  Está localizada al lado de la Capilla del Cristo y guarda una impresionante colección de libros y escritos históricos, entre éstos, la primera Biblia impresa por Gutenberg, entre otros tesoros impresos.  Enlace:  www.lacasadellibro.org (Si cuando visiten todavía está cerrada por restauración de la sede, sepan que la exhibición se mudó provisionalmente a los bajos del Cuartel de Ballajá).
 
24. Gritarle al Gobernador desde el portón de La Fortaleza para que lo abra y lo deje entrar.  El Palacio de Santa Catalina es la mansión ejecutiva más antigua del Hemisferio Occidental.
 
25. Visitar la Catedral de San Juan. Observar la fachada barroca, los vitrales y los arcos, que son un raro ejemplo de arquitectura medieval en el Nuevo Mundo; prender una vela por todos los niños del Mundo en el altar del Divino Niño Jesús; visitar el altar de la patrona de Puerto Rico, Nuestra Señora de la Providencia; y visitar el sepulcro de Don Juan Ponce de León.  También tienen que escuchar la Misa Cantada con el Coro de Niños de San Juan.  Estas son regularmente los primeros domingos de mes durante los meses de septiembre, octubre y noviembre a las 11:00 a.m.
 
26. Hacer las visitas a los 7 monumentos la mañana de un Viernes Santo.  Estos son:  1) Santa Ana, 2) Capilla del Cristo, 3) Capilla de las Siervas de María, 4) Catedral de San Juan, 5) Iglesia de San José, 6) Capilla del Colegio de Párvulos y 7) Parroquia de San Francisco de Asís.
 
27. Visitar la Catacumba de la Iglesia San Francisco donde se sepultaban feligreses y frailes.  Esta Iglesia fue construida por los Terciarios Franciscanos hace más de un cuarto de siglo y alberga varios tesoros centenarios como frescos y murales.  En el Altar Mayor de esta iglesia es donde está el famoso Cristo del Buen Viaje, una escultura que se encontró en el Morro y se trajo a la Iglesia San Francisco en el Siglo XVIII.  Es una sola pieza de madera tallada de la Escuela de Salamanca.  Estaba cubierta de sodio, lo que indica que estaba sumergida en el mar y cuando fue restaurada, se le quitó la pintura y se dejó el color original.  En la espalda del Cristo están marcados los latigazos.
 
28. Jugar dominós con los asiduos jugadores de la Plaza Salvador Brau frente a la Iglesia de San Francisco.
 
29. Comer mallorcas en La Bombonera o La Mallorca, ambas en la Calle de San Francisco.  En Puerto Rico le llamamos “mallorcas” a estos panecillos dulces que trajeron a la Isla nuestros antepasados provenientes de Mallorca, la más grande  de las Islas Baleares españolas, pero un detalle curioso es que a estos panecillos en Mallorca les llaman “ensaimadas”.
 
30. Comer piraguas en la Plaza Dársenas cerca de los muelles (es donde siempre hay piragüeros).  Los sabores más tradicionales que todo niño debe probar son frambuesa y tamarindo.
 
31. Ver zarpar un crucero o buque escuela de velas por la Bahía de San Juan desde el Muelle de San Juan y la Plaza de Hostos (que queda al lado del Muelle y “La Casita” de Turismo) y seguirlo mientras camina bordeando la muralla desde la Placita Pasión de las Palmas (al lado de la Cámara de Comercio de PR), subiendo por el callejoncito final de la Calle de Tetuán hasta virar en la Capilla del Cristo para llegar al Parque de las Palomas donde tendrá una vista espectacular.  Luego, subir rápidamente por el paseo de la muralla desde La Rogativa,  pasando por la Casa Rosa, canchas de tenis, columpios y Polvorín, hasta llegar al campo del Morro para ver la salida del barco por la Bahía de San Juan.  Esto es precioso hacerlo de noche también y es un gran ejercicio.
 
32. Ver llegar a un crucero o barco grande y observar cómo atraca en el Muelle de San Juan desde el Antiguo Arsenal de la Marina Española en la Puntilla. Del 16 al 23 de octubre de 1898, el Arsenal fue el último lugar ocupado por las tropas españolas y donde ondeó por última vez la bandera española en Puerto Rico.
 
33. Bajar hasta la Garita del Diablo en el Fuerte San Cristóbal (si lo permiten, ya que depende de muchos factores) o entrar a cualquier otra garita y escuchar el relato de la leyenda. Versión por Cayetano Coll y Toste: http://www.puertadetierra.info/cuentos/garita/garita.htm
 
34. Asistir a las Fiestas de la Calle San Sebastián, ver el desfile de cabezudos, disfrutar de la exposición de artesanías y cantar al son de plena.
 
35. Visitar la Iglesia San José (única estructura verdaderamente gótica e iglesia más antigua en las Américas) y observar uno de los primeros murales pintados en América, obra de un fraile cuya identidad tal vez nunca se conozca.
 
36. Visitar el Museo Pablo Casals, localizado en la Plaza San José y Calle de San Sebastián, para conocer más sobre la música y obra del gran Maestro autoproclamado catalán-puertorriqueño y que compuso el Himno de las Naciones Unidas.
 
37. Visitar el Museo de la Raíz Africana en el 101 de la Calle de San Sebastián y Plaza San José.  Este museo está ubicado en la estructura civil más antigua del Viejo San Juan (fines del Siglo XVII y principios del XVIII) y es conocida como la Casa de los Contrafuertes (elementos arquitectónicos protuberantes muy característicos del arte románico y gótico) que pueden ser observados en la fachada que da a la Plaza San José.   Las salas de exhibición del Museo —propiedad del Instituto de Cultura Puertorriqueña— presentan una cronología del africano en Puerto Rico, desde su salida de África hasta su aportación a nuestra historia y a la formación de nuestra cultura.  El horario es de martes a domingo de 8:30 a.m. a 4:20 p.m.
 
38. Visitar la Plaza de Armas y la Casa Alcaldía y ver los hermosos vitrales y el Escudo de la Ciudad Capital de San Juan Bautista.
 
39. Lograr capturar una foto levantando el brazo y el dedo con una paloma en la cabeza en la Plaza de Colón donde también salga la estatua del Almirante con una paloma en la cabeza (Sucede a menudo… y lo del dedo es por lo del refrán popular “Cuando Colón baje el dedo”).
 
40. Ir a una función de títeres.  Las realizan distintas compañías de teatro infantil durante el año, especialmente en Ballajá (los sábados a las 2 de la tarde durante la primavera y verano) o integradas al programa de eventos culturales y especiales como las Fiestas de la Calle de San Sebastián y otras actividades.  Cotejen los itinerarios de actividades para niños en los rotativos del país o en los portales de las Fiestas y el Municipio de San Juan.
 
41. Almorzar en la Fonda del Jibarito en la Calle del Sol.  Enlace: www.eljibaritopr.com
 
42. Tomar clases de dibujo o pintura en la Liga de Estudiantes de Arte o si no, visitar la Liga para observar una clase.  También, pudiese visitar alguna clase en la Escuela de Artes Plásticas durante el curso. Liga: 787-722-4468
 
43. Visitar el Museo de Arte e Historia de San Juan que era la Antigua Plaza del Mercado. Martes a viernes de 9:00 a.m. a 4:00 p.m. y sábados y domingos de 10:00 a.m. a 4:00 p.m.
 
44. Visitar el Museo de la Familia Puertorriqueña, conocida como la Casa Geigel, en el 319 de la Calle Fortaleza y Esquina Callejón de la Capilla (no Capilla del Cristo, sino el Callejón).  Aquí puede conocer cómo vivía una familia puertorriqueña durante el Siglo XIX y apreciar una variada colección de objetos y mobiliario típicos de las boticas puertorriqueñas.  Martes a domingo de 8:30 a.m. a 4:20 p.m.  Aprovechar y caminar por el Callejón de la Capilla que es uno de los paseos peatonales más bonitos del Casco Viejo.
 
45. Ir a una obra o concierto en el Teatro Tapia o asistir a otras funciones como las de Teatro Iré, hermoso proyecto de nuestra querida amiga y actriz Carola García; y El Tablao de Paulette, prima de mi esposo, en el Cuartel de Ballajá, que ofrece diversas presentaciones como Cadencia Andaluza y Noche de Sevillanas (buscar información de presentaciones en la página de Facebook del Tablao de Paulette, Danzactiva o la de Paulette Beauchamp). Teatro Tapia: 787-721-0180
 
46. Visitar la Casa Ramón Power y Giralt en la Calle de Tetuán, sede del Fideicomiso de Conservación de Puerto Rico, para disfrutar de las exhibiciones, presentaciones audiovisuales, recoger información sobre la conservación del ambiente y nuestro patrimonio histórico y conocer un poco más sobre Power, quien fue el primer diputado puertorriqueño en las cortes españolas.  Enlace: www.fideicomiso.org
 
47. Visitar la sede del Instituto de Cultura Puertorriqueña que es el organismo gubernamental responsable de promover el conocimiento y difusión de la cultura puertorriqueña en todas sus manifestaciones y a todos los públicos. El Instituto desarrolla actividades que cubren todas las áreas de la producción cultural y su sede está localizada en lo que fue, de 1848 a 1897, el antiguo Asilo de Beneficencia del país, una estructura de estilo neoclásico consistente de una planta rectangular con dos patios interiores rodeados de arcadas. El edificio fue rehabilitado a principios de la década del noventa como parte del proyecto de rehabilitación del Barrio de Ballajá, donde ubica la estructura, y con motivo de la Conmemoración del Quinto Centenario del Descubrimiento de América.   Enlace: www.icp.gobierno.pr
 
48. Visitar la sede del Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe en la Calle del Cristo y Esquina Calle del Sol, una institución académica fundada por Don Ricardo Alegría con programas de Maestría y Doctorado en estudios puertorriqueños y del Caribe.  Esta estructura es la antigua sede del Seminario Conciliar de San Ildefonso, que era una escuela para sacerdotes.
 
49. Cambiar un cheque o un billete en el Banco Popular del Viejo San Juan, primera sede del primer banco puertorriqueño.  Aquí también puede visitar la Sala de Exhibiciones Rafael Carrión Pacheco, que siempre tiene una exposición de gran valor cultural, social o histórico.
 
50. Coger el Acua Expreso a Cataño, mejor conocido como la Lancha de Cataño, ida y vuelta.  Itinerarios: www.gotopuertorico.com/es/puerto-rico-ferries.php


Espero que todas las mamás felices preparen un plan para comenzar a descubrir las experiencias que les faltan.  A mí también me quedan unas cuantas por completar, así que este verano si se entusiasman, tal vez nos encontremos en alguno de estos lugares mágicos de mi Viejo San Juan.  ¡Buena suerte!


MAPA INTERACTIVO DEL VIEJO SAN JUAN:

www.sanjuancapital.com/caminando


FOTOS y "VIDEOTOURS"

www.places.eyetour.com

www.gotopuertorico.com